lunes, agosto 28, 2006
Conclusiones de una Concentración
Tras la concentración celebrada frente a la puerta de la Fundación Ramón Areces, podemos sacar varias conclusiones. La primera de ellas es que tanto el pastel que se iba a repartir como los comensales que lo iban a degustar eran de un tamaño considerable. Y no por lo bien alimentados que estaban ni por la cantidad de tela necesaria para cubrir tan prominentes aparatos digestivos, sino por la gran cantidad que suponían en número. Por lo menos 150 ó 200 eficientes, bien educadas y enseñadas hormiguitas, con sus trajes de Emidio Tucci y la raya al medio los que poseían materia prima para ello. Cada cual recibiendo su porción correspondiente dependiendo de su rango, esfuerzo o destreza con el látigo para con cualquier subordinado. 653 millones de euros de beneficio en 2005 dan para mucho y para muchos. Ni siquiera el sobrino del Tío Isi se lo quiso perder.
Por otro lado, todos los beneficiarios se vieron protegidos por dos furgones de la policía por si los concentrados osaban asediar e invadir la suntuosa Fundación. Un policía por cada dos ó tres manifestantes, lo cual, bien pensado, era lícito y de rigor, puesto que podían resultar peligrosos. ¡¡Y es que iban armados hasta los dientes, tanto con armas de corto alcance, afiladas, puntiagudas e hirientes como con otras más sofisticadas de largo alcance!!: comentarios y papeles unas, megáfonos y pancartas otras.
Podríamos seguir narrando la situación en un tono similar ya que es el que se merece una situación tan surrealista. La policía protegiendo los intereses de los más débiles (los accionistas), los accionistas repartiéndose los beneficios conseguidos (por los trabajadores) y los trabajadores clamando en el desierto (pocos) y tumbados en el sofá (muchos). Tanto éstos muchos como aquéllos pocos, todos pidiendo derechos. Pero, ¿quién posee moralmente la capacidad de reclamar derechos? ¿Los del sofá? ¿Los que se manifiestan? ¿Todos? Cada cual, busque sus respuestas.
Los que sí lo poseen son los compañeros de Barcelona y Málaga que fueron a la concentración y, en especial, los tres compañeros despedidos malagueños, uno de los ejes centrales de la jornada, junto con las cuentas negras de El Corte Inglés.
Y por si fuera poco, después a trabajar como buen domingo de Agosto que es, con las plantas desoladas de público. Más accionistas que clientes, no sé si a Isidoro Álvarez se le habrán chafado un poquito las cuentas. ¡¡¡Lo olvidaba!!! ¿Cómo no le van a salir si los trabajadores van prácticamente gratis?
Un año más, la familia Areces y Álvarez son bastante más ricos y, un año más, el trabajador de El Corte Inglés es un poco más pobre.
Gracias a todos los que han colaborado en ello.
Más fotos clickando en el blog "El Corte Inglés, otro mundo".
Por otro lado, todos los beneficiarios se vieron protegidos por dos furgones de la policía por si los concentrados osaban asediar e invadir la suntuosa Fundación. Un policía por cada dos ó tres manifestantes, lo cual, bien pensado, era lícito y de rigor, puesto que podían resultar peligrosos. ¡¡Y es que iban armados hasta los dientes, tanto con armas de corto alcance, afiladas, puntiagudas e hirientes como con otras más sofisticadas de largo alcance!!: comentarios y papeles unas, megáfonos y pancartas otras.
Podríamos seguir narrando la situación en un tono similar ya que es el que se merece una situación tan surrealista. La policía protegiendo los intereses de los más débiles (los accionistas), los accionistas repartiéndose los beneficios conseguidos (por los trabajadores) y los trabajadores clamando en el desierto (pocos) y tumbados en el sofá (muchos). Tanto éstos muchos como aquéllos pocos, todos pidiendo derechos. Pero, ¿quién posee moralmente la capacidad de reclamar derechos? ¿Los del sofá? ¿Los que se manifiestan? ¿Todos? Cada cual, busque sus respuestas.
Los que sí lo poseen son los compañeros de Barcelona y Málaga que fueron a la concentración y, en especial, los tres compañeros despedidos malagueños, uno de los ejes centrales de la jornada, junto con las cuentas negras de El Corte Inglés.
Y por si fuera poco, después a trabajar como buen domingo de Agosto que es, con las plantas desoladas de público. Más accionistas que clientes, no sé si a Isidoro Álvarez se le habrán chafado un poquito las cuentas. ¡¡¡Lo olvidaba!!! ¿Cómo no le van a salir si los trabajadores van prácticamente gratis?
Un año más, la familia Areces y Álvarez son bastante más ricos y, un año más, el trabajador de El Corte Inglés es un poco más pobre.
Gracias a todos los que han colaborado en ello.
Más fotos clickando en el blog "El Corte Inglés, otro mundo".
